Ágata Verde: Ayuda a sanar lo que nos ha causado daño espiritual. Además, fortalece el vínculo armónico entre mente y cuerpo. Trabaja la concentración y activa las vibraciones de autoestima. 

Ágata Azul: Asociada a la protección y buena suerte. Brinda serenidad y ayuda a la concentración. Es ideal para las personas dispersas o que enfrentan sensaciones de angustia, pues favorece a la expresión de pensamientos y sentimientos. Además, reduce dolores en la garganta, cuello y hombros.

Esmeralda: Nos ayuda a calmar las emociones, pero también que puede favorecer el pensamiento y la reflexión, aportando energía y estabilidad mental. 

Fortalecer la autocuración , son símbolo de poder y eterna juventud. Se considera la piedra de la sanación y de la conexión con el amor.

Ágata rosa: Piedra semipreciosa conocida por su belleza y propiedades curativas, promoviendo el amor propio, la autoestima y la armonía emocional. Se cree que su energía suave y calmante puede ayudar a aliviar el estrés, fomentar la compasión y fortalecer las relaciones personales.

Nos ayuda a calmar las emociones, pero también que puede favorecer el pensamiento y la reflexión, aportando energía y estabilidad mental. 

Fortalecer la autocuración , son símbolo de poder y eterna juventud. Se considera la piedra de la sanación y de la conexión con el amor.