Ágata Azul: Asociada a la protección y buena suerte. Brinda serenidad y ayuda a la concentración. Es ideal para las personas dispersas o que enfrentan sensaciones de angustia, pues favorece a la expresión de pensamientos y sentimientos. Además, reduce dolores en la garganta, cuello y hombros.
Turmalina Negra: Está asociada a la protección energética (evita que la negatividad te afecte). Al trabajar, evita la negatividad y favorece el buen humor. Libera tensiones.
*IMÁGENES REFERENCIALES: Forma y color de la piedra puede cambiar según cada modelo.
Ayuda a canalizar energía como la pasión, el amor y la energía vital. Nos brinda protección contra las fuerzas negativas y estimula el chakra que fortalece la conexión con la tierra.
Cuarzo Cristal: Uno de los cristales más emblemáticos en protección. Ayuda en la claridad de objetivos e intenciones, favoreciendo la toma de decisiones. Facilita la liberación de la negatividad propia, que yace dentro de nosotros mismos. Es un poderoso protector y limpiador de energía.
Turmalina Negra: Está asociada a la protección energética (evita que la negatividad te afecte). Al trabajar, evita la negatividad y favorece el buen humor. Libera tensiones.
*IMÁGENES REFERENCIALES: Forma y color de la piedra puede cambiar según cada modelo.
Ágata rosa: Piedra semipreciosa conocida por su belleza y propiedades curativas, promoviendo el amor propio, la autoestima y la armonía emocional. Se cree que su energía suave y calmante puede ayudar a aliviar el estrés, fomentar la compasión y fortalecer las relaciones personales.
Obsidiana: piedra protectora que ayuda a eliminar energías negativas y bloqueos emocionales. Se cree que promueve la claridad mental, la autoobservación y la sanación profunda.
*IMÁGENES REFERENCIALES: Forma y color de la piedra puede cambiar según cada modelo.
Amatista: Conocido como el cristal de la espiritualidad. Ayuda al equilibrio emocional y abre los canales que conducen a la sabiduría. Es un transmutador de emociones, pues transforma las energías negativas de distintas situaciones o actitudes. Además, favorece la conexión mente-pensamiento
Labradorita: Es una piedra de alta vibración espiritual y protectora. Suele disipar miedos e inseguridades. Fortalece la fe en nosotros mismos, calma la mente hiperactiva y activa la imaginación. A nivel físico, se dice que ayuda con la artritis, reumatismo o resfriados. Además, alivia el estrés y equilibra las hormonas.
Cuarzo Rosa: Trabaja sobre las energías asociadas al amor incondicional hacia otros seres y sobretodo hacia nosotros mismos. Además, atrae sensaciones de paz y ayuda a conciliar el sueño.
Cuarzo Rosa: Trabaja sobre las energías asociadas al amor incondicional hacia otros seres y sobretodo hacia nosotros mismos. Además, atrae sensaciones de paz y ayuda a conciliar el sueño.
Labradorita: Es una piedra de alta vibración espiritual y protectora. Suele disipar miedos e inseguridades. Fortalece la fe en nosotros mismos, calma la mente hiperactiva y activa la imaginación. A nivel físico, se dice que ayuda con la artritis, reumatismo o resfriados. Además, alivia el estrés y equilibra las hormonas.
Lapislázuli : Permite desarrollar el conocimiento abriendo la mente y atrayendo la sabiduría. Las inseguridades de las personas se despojan del cuerpo, y permite una mayor comunicación. Despeja los pensamientos negativos y da paso a los positivos. Atrae tranquilidad para resolver problemas.
Cuarzo Rosa: Trabaja sobre las energías asociadas al amor incondicional hacia otros seres y sobretodo hacia nosotros mismos. Además, atrae sensaciones de paz y ayuda a conciliar el sueño.
Amatista: El cuarzo más poderoso. Conocida como un cristal de meditación, pues nos ayuda a conectar con el mundo espiritual y concentrarnos en él. Además, 'transmuta' energías negativas, evitando que nos afecten.
*Imágenes referenciales. La forma y el color de cada piedra puede variar en cada anillo.
Amatista: Conocido como el cristal de la espiritualidad. Ayuda al equilibrio emocional y abre los canales que conducen a la sabiduría. Es un transmutador de emociones, pues transforma las energías negativas de distintas situaciones o actitudes. Además, favorece la conexión mente-pensamiento.